sábado, 1 de octubre de 2011

72 AÑOS DE HISTORIA DE LA EDUCACIÓN TÉCNICA EN TINOGASTA

PRESENTADO EL DÍA 22 DE MAYO DE 2009

PRÓLOGO

Por Luís Alberto Taborda


El compromiso asumido de guiar una investigación y escribir un prólogo es siempre menor, al menos para mí, a la satisfacción de ver concretado un anhelo, un sueño. Porque el sueño de Carlos Emilio Garnica era precisamente este: Escribir la Historia de la Educación Técnica en Tinogasta, y hacerlo no solo como manera de conocer y saber más a cerca de este proceso, sino también, y ante todo, como apasionado reconocimiento a aquellos pioneros que dieron origen a una institución querida y reconocida en nuestro medio: El actual Colegio Polimodal Nº 16 “Telésforo Chanampa”. Pioneros entre los que contaba, de manera muy particular, su propio padre, el recordado Maestro Carlos Filemón Garnica.

Así se puso en marcha esto que hoy ya es un libro. Memoria familiar y comunitaria. Itinerario personal del autor como alumno y docente que ha transitado durante décadas estas aulas. Y también examen pormenorizado de las etapas por las que atravesó la escuela. De los hombres y mujeres que conformaron sus planteles. Y de multitud de circunstancias y anécdotas que hacen a la historia mas viva y más interesante.

A este respecto, deseo destacar en lo que hace a aspectos metodológicos, el concienzudo análisis de la documentación archivada durante setenta años en la propia Escuela, por un lado. Complementando por entrevistas y testimonios orales de algunos de los protagonistas. Y por otro, la intensa búsqueda de registros fotográficos,  actividad esta ultima, que permitió a Carlos Emilio Garnica organizar un archivo gráfico excepcional para nuestra Tinogasta. Solo una pequeña porción de ese material invalorable integra el Anexo correspondiente en la obra.



Por otra parte, y yendo a una consideración más técnica, me parece que el presente libro es en la práctica, un ejemplo de lo que en el universo de los historiadores se denomina como “Microhistoria”. Esto es, un análisis intensivo del material documental disponible llevando a cabo, a la vez, una reducción de escala. De esta forma, en la obra, encontraremos la descripción de un espacio social de gran complejidad, tal una escuela, pero sin perder de vista a las personas, a los individuos y su situación de vida.

Una mirada en detalle, como con lupa, aporta entonces aspectos interesantes, no relevados y no manifiestos, cuando el examen se realiza a mayor escala. Los hechos individuales, los acontecimientos menores, son el punto de partida, que permite luego, en otra instancia, sucesivas generalizaciones. Surgen así trayectos de vida, nombres y sobrenombres, anécdotas, vivencias, viajes, acontecimientos sociales y deportivos que superan y enriquecen en contexto macrohistórico desde el cual se suele, comúnmente, considerar el pasado.

¿ Y que demuestra todo este ímpetu, todo este afán?. Dicho muy sencillo: la actitud y la aptitud de un docente tinogasteño que se animó a encarar una empresa con espíritu de pertenencia, raigal, y con disposición al esfuerzo sistemático, sostenido. De otro modo, este libro nunca habría salido a la luz. Deseo destacar que, en mi concepto, el caso de Garnica no es un caso aislado. Por el contrario, se percibe en muchos docentes la inquietud, la potencialidad y el ánimo para este tipo de tareas generosas, relevantes.

En la medida en que como comunidad sigamos contando con estos talentos, el sitial de privilegio que ostenta Tinogasta en la provincia como foco de emprendimientos y difusión cultural estará asegurado. Además, y para retomar un tema que es muy caro a mis preocupaciones, observo con enorme satisfacción la irrupción de una generación de autores e investigadores jóvenes o casi jóvenes, hecho de por sí habla de la capacidad de actualización y renovación que tanta falta hace cuando un pueblo pretende lograr continuidad y trascendencia en el tiempo para una determinada actividad.

Para cerrar este prólogo me queda solo felicitar al Técnico Electromecánico y Profesor en Tecnología Carlos Emilio Garnica, quien con esta obra se recibe hoy, también, de docente investigador. Hasta lo he acompañado, admirando su predisposición y esfuerzo. Desde este momento, él con su libro emprenderán nuevos caminos, nuevos desafíos. Caminos y desafíos imprescindibles para el crecimiento personal y profesional y, a la vez, muy significativos para la propia sociedad en la que vive.

Desde esta última línea le reitero mi aprecio y le deseo éxito en las sucesivas futuras tareas que emprenda.


           
             Tinogasta de Catamarca, Marzo de 2009.-   

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